martes, 22 de noviembre de 2011

Egipto: Caos deja tres muertos y 650 heridos en los violentos choques entre opositores y oficialistas


Egipto: Caos deja tres muertos y 650 heridos en los violentos choques entre opositores y oficialistas.

Se enfrentaron con piedras y palos en la Plaza de la Liberación. El Ejército se mantuvo al margen. EE.UU. condenó la violencia desatada desde el Gobierno de Mubarak y pidió que sancione a los responsables.
Por lo menos tres personas murieron y otras 650 resultaron heridas hoy la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, durante los violentos enfrentamientos entre partidarios y detractores del presidente Hosni Mubarak.
La erupción de la violencia sumió al centro de El Cairo en uno infierno, ante la indiferencia de los militares apostados en sus tanques y la ausencia total de policías, que estos días limitan sus funciones a dirigir el tráfico y custodiar algunas
embajadas.
El de hoy fue otro episodio dentro de las protestas y la crisis política en la que lleva inmerso Egipto desde hace nueve días, pero marca la decisión de Mubarak de quedarse en el poder. Con la intención de desplazar a los manifestantes, lanzó su fuerza de choque.
La violencia estalló sobre el mediodía, cuando miles de defensores de Mubarak se acercaron a los accesos de Tahrir para enfrentarse con los opositores e intentar desalojarlos de la plaza con palos y barras de hierro.
Tras unos momentos de tensión en los que se intercambiaron insultos por medio del fino cordón de civiles y militares que intentaba separar a los dos bandos, comenzó una lluvia de piedras en ambas direcciones que hirió en la cabeza a muchas personas, desalojadas inmediatamente de la plaza.
El principal foco de las peleas se ubicó en el acceso a Tahrir, adelante del Museo Egipcio, donde se concentraron miles de partidarios gubernamentales, cuya cifra fue creciendo sin cesar a lo largo de la jornada hasta alcanzar al menos los 10.000.
Llegaron a caballo y en camello, en barcas por el Nilo o directamente en sus coches, tocando la bocina y gritando: "­No se va, no se va!". La mayoría eran varones jóvenes, pero también había mujeres, ancianos y familias, que se mantenían a una distancia prudencial.
En cuanto oscureció, comenzó el lanzamiento de cócteles molotov en la plaza, lo que originó incendios que los militares trataban de sofocar con mangueras. Después de una relativa tregua desde las 20 hasta las 22, los choques se
reanudaron con dureza, y en ellos los defensores del mandatario arrojaron desde la calle y desde algunos edificios cócteles molotov a los manifestantes, que respondieron con piedras.

El que reaccionó fuerte ante esta situación fue el principal aliado de Egipto, Estados Unidos. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, sostuvo hoy una conversación telefónica con el vicepresidente egipcio, Omar Suleimán, en la que condenó los actos de violencia ocurridos hoy y pidió que los responsables sean sancionados.
Clinton aprovechó la conversación para reiterar a Suleimán el mensaje que le transmitió anoche el presidente de EE.UU., Barack Obama, de que la "transición debe comenzar ahora", según dijo el vocero del Departamento de Estado, Philip Crowley, en su rueda de prensa.

"No sabemos quiénes desencadenaron esta violencia en las calles. Han sido identificados como partidarios (del presidente Mubarak) pero sean quienes sean, tienen que rendir cuentas" por estos actos, señaló Crowley, quien calificó los choques como un "claro intento de intimidar" a los manifestantes.
La erupción de la violencia sumió al centro de El Cairo en el caos absoluto, bajo la mirada pasiva de los militares apostados en sus tanques y la ausencia total de policías, que estos días limitan sus funciones a dirigir el tráfico y custodiar algunas embajadas.

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