Britney Spears sedujo a Lima en concierto.
La diva del pop estuvo acompañada de sus hijos, Sean Preston y Jayden James; y de su novio Jason Trawick -en uno de los extremos del escenario- durante la velada.
Aunque los kilos no la favorecen del todo, la cantante estadounidense demostró que aún puede ser toda una femme fatale (título que da nombre a su gira) en escena.
Durante casi una hora y media de espectáculo, Britney repasó algunos de sus más recordados temas, entre ellos “Baby one more time”, “I’m a slave 4 u” y “Don’t let me be the last to know”, pero le dio más espacio en su repertorio a sus últimos sencillos.
Desde horas de la tarde, cientos de admiradores de la princesa del pop empezaban a hacer su ingreso, con bastante calma y sin mayores inconvenientes, al Monumental, para guardar los asientos más cerca del escenario.
La velada empezó a todo volumen poco después de las 8:00 de la noche, con el exintregrante de los Backstreet Boy, Howie D., frente a un tímido público, que poco a poco fue entrando en calor y dejándose llevar por la música.
A las 9:00 p.m. fue el turno para la estrella del espectáculo: Britney Spears, quien apareció vistiendo un revelador leotardo blanco con lentejuelas, mayas de red y botas; lista para iniciar su show con el tema “Hold it against me”.
El público recibió eufórico a su ídolo y no paraba de aplaudir, gritar “Britney, Britney, Britney” -mientras trascurría la noche- y bailar, como si estuviesen en la discoteca más concurrida de la ciudad.
Aunque Spears intentó responder a la emoción desbordante de la multitud bailando, pronto se hizo evidente esto ya no es más el centro de atención de su espectáculo en vivo, sino la sensualidad con que acompaña a sus bailarines, hombres y mujeres, mientras canta.
Luego vino un repaso por algunas de las canciones que han estado sonando en las emisoras radiales y en televisión recientemente y versiones actualizadas de los temas que han marcado su carrera.
Durante casi una hora y media de espectáculo, Britney repasó algunos de sus más recordados temas, entre ellos “Baby one more time”, “I’m a slave 4 u” y “Don’t let me be the last to know”, pero le dio más espacio en su repertorio a sus últimos sencillos.
Desde horas de la tarde, cientos de admiradores de la princesa del pop empezaban a hacer su ingreso, con bastante calma y sin mayores inconvenientes, al Monumental, para guardar los asientos más cerca del escenario.
La velada empezó a todo volumen poco después de las 8:00 de la noche, con el exintregrante de los Backstreet Boy, Howie D., frente a un tímido público, que poco a poco fue entrando en calor y dejándose llevar por la música.
A las 9:00 p.m. fue el turno para la estrella del espectáculo: Britney Spears, quien apareció vistiendo un revelador leotardo blanco con lentejuelas, mayas de red y botas; lista para iniciar su show con el tema “Hold it against me”.
El público recibió eufórico a su ídolo y no paraba de aplaudir, gritar “Britney, Britney, Britney” -mientras trascurría la noche- y bailar, como si estuviesen en la discoteca más concurrida de la ciudad.
Aunque Spears intentó responder a la emoción desbordante de la multitud bailando, pronto se hizo evidente esto ya no es más el centro de atención de su espectáculo en vivo, sino la sensualidad con que acompaña a sus bailarines, hombres y mujeres, mientras canta.
Luego vino un repaso por algunas de las canciones que han estado sonando en las emisoras radiales y en televisión recientemente y versiones actualizadas de los temas que han marcado su carrera.
Entre los más rescatables estuvieron “S&M” (de Rihanna), “Piece of me”, “3”, “Womanizer”, “Toxic” y “Till the world ends”. Sin embargo, sorprendió el excesivo uso del playback, quizás para intentar cumplir con las complicadas coreografías, saltos y piruetas que vistieron el show.
“Hola, Perú. ¿Cómo se sienten esta noche? ¿Están listos para divertirse?”, repetía Britney, mientras continuaba el repertorio.
Al llegar a “Lace & leather”, tal como lo hizo en otros países, la cantante invitó a uno de sus fanáticos presentes entre el público, para compartir unos momentos en el escenario. Un joven de nombre Rubén pudo ver más cerca que nadie a la diva y, además, ella le agradeció su presencia, con un candente –y bastante íntimo- baile.
Mientras cantaba, la princesa del pop no dudó en acercarse al extremo derecho del escenario, donde tenía tres invitados especiales: sus dos pequeños hijos (fruto de su relación con su exesposo, Kevin Federline) Sean Preston y Jayden James y de su actual pareja, Jason Trawick.
Tras casi una hora y media de concierto, las luces se apagaron cuando Britney Spears agradeció a los más de 30 mil admiradores que llegaron a la explanada solo para verla cantar en vivo
“Hola, Perú. ¿Cómo se sienten esta noche? ¿Están listos para divertirse?”, repetía Britney, mientras continuaba el repertorio.
Al llegar a “Lace & leather”, tal como lo hizo en otros países, la cantante invitó a uno de sus fanáticos presentes entre el público, para compartir unos momentos en el escenario. Un joven de nombre Rubén pudo ver más cerca que nadie a la diva y, además, ella le agradeció su presencia, con un candente –y bastante íntimo- baile.
Mientras cantaba, la princesa del pop no dudó en acercarse al extremo derecho del escenario, donde tenía tres invitados especiales: sus dos pequeños hijos (fruto de su relación con su exesposo, Kevin Federline) Sean Preston y Jayden James y de su actual pareja, Jason Trawick.
Tras casi una hora y media de concierto, las luces se apagaron cuando Britney Spears agradeció a los más de 30 mil admiradores que llegaron a la explanada solo para verla cantar en vivo
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