La Ciencia Despierta al Dragón.
El museo Darwin de Moscú, el museo de ciencias naturales más grande de Europa, suele ofrecer al público detalles de la teoría de la evolución, objetos que permiten conocer la variedad de formas de vida en la Tierra y su lucha por la supervivencia.
Sin embargo, estos días sus visitantes tienen la sensación de que la ciencia ha vuelto de repente al oscurantismo de la Edad Media, pues en las salas principales del museo hay expuestos... dragones.
La exhibición, que se presenta bajo el título 'En las alas del dragón', fue inaugurada en vísperas de la Nochevieja, se prolongará más allá del Año Nuevo chino, y será clausurada el 12 de febrero. El símbolo del año recién empezado será presentado en todas sus formas posibles —maquetas, dibujos y esculturas— tal y como lo ven las diferentes culturas del mundo. En China, por ejemplo, un dragón es un ser vivo que tiene cabeza de camello, cuernos de ciervo, ojos de demonio, cuello de serpiente, piel con escamas de pez, zarpas de águila, patas de tigre y orejas de vaca. Para los rusos un dragón es una 'serpiente' con alas, cuatro patas, zarpas afiladas, cola larga y entre tres y doce cabezas.
El Amaru de Perú es una serpiente con alas de murciélago que presenta una cabeza llameante con cuernos de ciervo, ojos cristalinos, hocico rojizo y una cola de pez. El Quetzalcóatl y el Tezcatlipoca son dos dioses principales del panteón prehispánico que se representan como ’serpientes con plumaje’ provistas de dos piernas y dos brazos. En la mitología griega destaca la Hidra de Lerna, un monstruo acuático con forma de serpiente policéfala, con numerosas cabezas (entre 3 y 100, según diferentes fuentes) y aliento venenoso, a la que Heracles mató en el segundo de sus doce trabajos
En la Europa medieval el estudio de los dragones fue una rama de las ciencias físico-naturales. Presentaban sus figuras disecadas y las vendían a unos precios increíbles. El caso más famoso se remonta al siglo XVI, cuando se invitaba al púbico a ver una Hidra de Lerna disecada de siete cabezas, con una corona dorada en cada una de ellas. En realidad la hidra fue cosida con piel de peces y recreada con cabezas de monos con el pelo bien cortado.
El museo Darwin también presenta todo tipo de animales disecados que en su época se consideraban parientes de los dragones, como las iguanas, por ejemplo. También ofrece imágenes de estos seres mitológicos tal y como los veían los científicos y artistas de los siglos XVII y XVIII, exponiendo para ello los libros más antiguos de su colección. La ‘estrella’, sin duda alguna, es ‘la Historia animalium’ (‘La historia de los animales’) de Conrad Gesner. La obra del naturalista suizo fechada en los años 1551–1558, está considerada el principio de la zoología moderna y cuenta con una descripción de dragones acompañada con ilustraciones
Articulo completo en:http://actualidad.rt.com/tiempolibre/cultura/issue_34425.html
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